¿Dónde se equivocaron con Antonio?
En emotivas imágenes se lo pudo conocer cuando era aun cachorrito, bebiendo leche de biberón; se trata de Antonio, un zorro andino que fue rescatado de morir gracias a la acción de una familia orureña. Después de varios meses, a denuncia de algunos vecinos, fue alejado de la familia humana que lo crió y hoy se encuentra en el zoológico de Mallasa en La Paz, mientras las autoridades analizan su situación.
Sin duda es loable y plausible la actitud humana de rescatar un animal silvestre de los detestables depredadores furtivos que atentan contra el habitad natural de la fauna de nuestro país. Pero ¿dónde radica el error?
Básicamente la equivocación cometida por quienes rescataron a Antonio, fue el de no haber acudido a las autoridades en materia de animales silvestres, para que progresivamente sea devuelto a su hábitad natural. Contrariamente Antonio fue criado en convivencia con seres humanos y otras mascotas ajenas a su especie.
¿Qué dice la Ley al respecto?
Por un lado, la Ley 1333 del Medio Ambiente establece que todos los animales silvestres se encuentran protegidos en el Estado boliviano; asimismo la Constitución Política del Estado señala en su artículo 383 que su tenencia, manejo y tráfico ilegal, deben ser sancionados penalmente.
El reglamento de la Ley de Medio Ambiente en su artículo 21 abre la posibilidad de que sea devuelto a su familia humana mediante una la custodia por parte de personas particulares, al referirse a que de manera extraordinaria y sin perjuicio de la aplicación del régimen sancionador aplicable, se podrá autorizar la custodia de fauna silvestre a personas particulares, lo que bajo ningún concepto podrán entenderse como la otorgación de algún derecho propietario sobre los mismos.
¿Por qué no es conveniente que Antonio vuelva a casa de la familia humana que lo crió?
Sobre este punto y al margen de lo que pueda establecer la Ley, es importante entender dos aspectos fundamentales: En primera se debe considerar que Antonio se encuentra en una etapa en que aún no desarrollado los instintos propios de su especie: zorro (Lycalopex culpaeus) cuya naturaleza de zorro de bosques amazónicos sub-andinos es la de vivir alejado, solitario, cazando para sobrevivir.
Como segundo aspecto y consideramos el más importante: ¿Qué sucedería si se retorna a Antonio con su familia humana adoptiva? Al margen del peligro posterior que podría representar, este hecho se constituirá en un precedente negativo para futuros depredadores o personas que se encuentren en la situación de criar un animal silvestre. Involuntariamente se estaría promoviendo una afectación contra otros animalitos silvestres, en peligro de ser alejados de su habitad natural.
Queda entonces reflexionar y velar por que Antonio, en primera instancia sea retornado a Oruro y que en todo momento sea monitoreado por especialistas para provocarle le menor afectación. Antonio es quien ahora debe sopesar un error humano que pudo haberse evitado en su momento.